Viviendo en la sociedad moderna, nos enfrentamos constantemente a la ansiedad y el miedo. La inestabilidad económica, los problemas de salud, los conflictos en las relaciones humanas y las preocupaciones sobre el futuro pesan sobre nuestros corazones. En esta situación, vale la pena destacar tres métodos para superar la ansiedad y el miedo propuestos por un pastor. Aunque parten de una perspectiva de fe, estos métodos son enfoques suficientemente validados psicológicamente, independientemente de la religión.
Primer Método: Contar las Bendiciones Recibidas
El primer método es "contar las bendiciones recibidas". Esto no se refiere únicamente a las "bendiciones" en el sentido religioso. Se trata de reconocer y aceptar conscientemente todas las cosas positivas que tenemos actualmente: salud, familia, amigos, trabajo, un hogar seguro, oportunidades educativas, etc.
En psicología, esto se llama "Intervención de Gratitud". Según las investigaciones, las personas que conscientemente recuerdan regularmente las cosas por las que estar agradecidas experimentan una reducción en la depresión y una mejora en la satisfacción general con la vida. Especialmente cuando estamos atrapados en la ansiedad y el miedo, nuestro cerebro tiende a concentrarse solo en las cosas negativas. En estos momentos, buscar conscientemente las cosas positivas es una forma efectiva de reorientar la atención del cerebro.
Por ejemplo, una persona que está ansiosa por perder su trabajo puede recordar las habilidades, experiencias, contactos y dificultades que ha superado hasta ahora. A través de este proceso, se da cuenta de que tiene más recursos de los que pensaba.
Segundo Método: Escribir un Diario de Gratitud
El segundo método es escribir un "diario de gratitud". El punto importante aquí no es que necesariamente deba escribirse, sino que lo esencial es "expresar" la gratitud. Esto incluye pensarlo, expresarlo verbalmente o escribirlo.
El acto de expresar gratitud va más allá de simplemente recordar cosas buenas. En el momento de expresarla, nuestro cerebro procesa esa experiencia más profundamente y la hace permanecer más tiempo en la memoria. Además, cuando expresamos gratitud, nuestro cuerpo libera "hormonas de la felicidad" como la serotonina y la dopamina. Esto naturalmente reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés y la ansiedad.
En realidad, hay varias formas de escribir un diario de gratitud. Puedes recordar tres cosas buenas que pasaron ese día antes de dormir cada noche, o resumir una vez por semana las cosas por las que estuviste agradecido esa semana. Lo importante no es el formato, sino la consistencia. Es efectivo hacerlo de manera constante, aunque sea breve.
Tercer Método: Dar Gracias en Todas las Circunstancias
El tercer método, y el más desafiante, es "dar gracias en todas las circunstancias". Esto significa encontrar puntos de gratitud no solo en las cosas buenas, sino también en situaciones difíciles. A primera vista puede sonar poco realista, pero es un concepto muy similar a la "reestructuración cognitiva" de la que habla la psicología.
Encontrar gratitud en situaciones difíciles no significa que debas amar esa situación en sí. En cambio, se trata de buscar lo que puedes aprender de esa situación, las oportunidades de crecimiento o los resultados positivos inesperados. Por ejemplo, si has perdido tu trabajo, puedes verlo como tiempo para explorar nuevas oportunidades o como una ocasión para reflexionar sobre qué es lo que realmente quieres hacer.
Este enfoque nos ayuda a salir de la mentalidad de víctima y adoptar una perspectiva proactiva. Nos hace darnos cuenta de que aunque no podamos cambiar la situación, sí podemos cambiar nuestra interpretación y reacción a esa situación.
Fundamento Psicológico y Efectos Reales
La razón por la que estos tres métodos son efectivos también se puede explicar desde la neurociencia. La ansiedad y el miedo se originan principalmente en la amígdala del cerebro, mientras que la gratitud y el pensamiento positivo activan la corteza prefrontal. Cuando la corteza prefrontal se activa, puede regular las reacciones excesivas de la amígdala.
Además, la práctica de la gratitud utiliza la neuroplasticidad del cerebro. Si repetidamente prestamos atención a las cosas positivas, el cerebro gradualmente cambia para reconocer más fácilmente las cosas positivas. Esto es similar al principio de entrenar músculos.
Según los resultados de investigación, las personas que practicaron ejercicios de gratitud durante 8 semanas experimentaron una reducción del 25% en los síntomas depresivos y un aumento del 25% en la satisfacción con la vida. También se mostró que mejoraba la calidad del sueño y se fortalecía el sistema inmunológico.
Sugerencias Concretas para la Práctica
Conocer la teoría y practicarla son cosas diferentes. Hagamos sugerencias concretas para aplicar estos métodos en la vida diaria.
Primero, "contar bendiciones" es mejor hacerlo tan pronto como te despiertes por la mañana. Si recuerdas lo que tienes antes de comenzar el día, puedes mantener una mentalidad más positiva durante todo el día. Puedes empezar con cosas muy básicas como un cuerpo sano, una cama cálida, agua limpia para beber, personas que amas, etc.
La expresión de gratitud se puede hacer de varias maneras. Puedes usar la función de notas de tu smartphone para escribir brevemente, o enviar mensajes de agradecimiento a familiares o amigos. Lo importante no es la forma, sino la sinceridad.
Dar gracias en todas las circunstancias es la etapa más difícil. Al principio, comienza con pequeñas incomodidades. Como cuando el metro se retrasa y tienes tiempo para leer un libro, o cuando llueve y puedes descansar en casa.
Precauciones y Limitaciones
Sin embargo, también hay precauciones con estos métodos. El positivismo incondicional puede ser perjudicial. Ignorar problemas reales o suprimir emociones negativas no es saludable. La práctica de la gratitud no debe ser negar la realidad, sino ver la realidad de manera más equilibrada.
Además, en casos de depresión severa o trastornos de ansiedad, estos métodos solos pueden no ser suficientes. No debes dudar en buscar ayuda profesional. La práctica de la gratitud puede desempeñar un papel complementario en el tratamiento, pero no puede reemplazar el tratamiento.
Finalmente, estos ejercicios deben abordarse desde una perspectiva a largo plazo en lugar de esperar efectos inmediatos. No toda la ansiedad desaparecerá de la noche a la mañana. Pero si los practicas constantemente, definitivamente podrás experimentar cambios.
En Conclusión
La ansiedad y el miedo son emociones naturales que cualquier persona moderna experimenta. Pero no necesitamos ser abrumados por estas emociones. A través de la práctica de contar las bendiciones recibidas, expresar gratitud y buscar aspectos positivos en todas las situaciones, podemos tener una perspectiva más equilibrada.
Estos métodos son sabiduría universal que cualquiera puede practicar, independientemente de su trasfondo religioso. Lo importante es no tratar de hacerlo perfectamente, sino comenzar constantemente con cosas pequeñas. Busquemos y expresemos cosas por las que estar agradecidos cada día, aunque sea un poco. Entonces, sin darnos cuenta, descubriremos que la gratitud y la esperanza ocupan más espacio en nuestros corazones que la ansiedad y el miedo.
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